domingo, 26 de septiembre de 2010

La palmera datilera: su historia en la cultura popular del sureste español, su cultivo y su aprovechamiento.


Ponentes: Don Diego Rivera Núñez, catedrático de Botánica de la Universidad de Murcia y don Santiago Orts Pérez, licenciado en Biología Botánica.
-         La palmera no es un árbol, sino una hierba. No tiene raíces como estos, sino bulbos, igual que los ajos, el apio, etc.
-         Las palmeras, en general, resisten a todos los climas, tanto cálidos como glaciales, húmedos o desérticos. Resisten al fuego porque no tienen madera que se queme, sino fibra que crece en espiral (forma trenzada), como si fuera una maroma, lo que le da una gran flexibilidad y resistencia a la rotura. Lo que se quema es la envoltura exterior que le sirve de protección, por la que no circula la sabia, al contrario que los árboles.
-         Su nombre botánico es Phoenix, que significa “el ave fénix”, la que en la mitología resurgió de sus propias cenizas. Tienen cien millones de años. Su crecimiento se adapta a las condiciones climatológicas, y aunque crecen en todas las latitudes del planeta, sólo dan buenos frutos las de la variedad “datilífera”, en la franja comprendida entre los paralelos 17 y 32. Conforme nos alejamos de esta franja los frutos son de peor calidad, llegando a no darlos.
-         Con buen riego y dentro de la franja señalada, pueden crecer a razón de diez centímetros por año, disminuyendo conforme empeoran las condiciones climatológicas. Si las raíces permanecen encharcada constantemente, las de la variedad datilífera terminan secándose. Otras variedades crecen incluso bajo el agua, en climas tropicales.
-         Se ha observado que las palmeras datileras que se riegan con aguas que contienen sales sulfurosas, éstas le producen un compuesto en la savia que les protege de ciertas plagas y, en parte, del ataque del escarabajo picudo.
-         La planta hembra determina el tipo del hueso del dátil, pero según sea el macho que la polinice así será el grosor de la carne del fruto. Por tanto, hay machos que dan buenos frutos y otros que son de mala calidad. Los machos de buena calidad son aquellos a los que más suelen acudir las abejas, que son las mejores polinizadoras, incluso superan al aire. Hay machos que tienen poco polen y otros que son estériles.
-         Algunos dátiles no se ponen amarillos antes de madurar, sino que de verdes pasan a maduros. Otros no llegan a madurar y se pudren. Estos se cogen amarillos y se adoban. Están los llamados pasas, que después de madurar se arrugan y mantienen sus cualidades. Otros después de madurar si no se cogen se caen y se pudren; los pasas no. Algunos se ponen de color morado antes de madurar. También hay otros que por más tiempo que estén en la palmera no maduran ni se ponen dulces. Se les llama “cochineros”.
-         Todos los dátiles, aunque para nosotros estén ásperos, sirven de alimento para los animales. Los huesos de los dátiles, convenientemente molidos, sirven para complementar el pienso de los animales, porque contienen mucha proteína y ciertas propiedades medicinales.
-         De un hueso de dátil que al ponerlo en agua no flote, nace una palmera, pero dicha palmera no será de la misma variedad del ejemplar de origen, sino que esto depende del terreno y de las condiciones climatológicas. Un hueso de dátil de Túnez, de Argelia, de Israel o de cualquier otro lugar, plantado aquí no nos da dátiles de igual calidad que los de su lugar de origen, no pudiéndose determinar a priori si la planta será macho o hembra.
-         Para obtener una palmera de igual variedad hay que hacerlo por clonación, es decir, sacándole un hijo o raijo de los que suelen crecer adheridos a ella y plantarlo aparte, que no de los que crecen a su alrededor, procedentes de huesos que al caer germinan como unidad independiente. Las palmeras que suelen vender en ciertos viveros y que dicen garantizar su variedad y sexo, tiene más de cuento comercial que de realidad botánica.
-         Cuando una palmera se trasplanta no le afecta la orientación tanto como a los árboles, pues no es un árbol, sino una hierba monocotiledónea, que crece en espiral, por lo que todas sus hojas (palmas) reciben la luz solar de forma rotatoria.
-         Una palmera adulta consume (evapora) casi 200 litros de agua por día y sus bulbos o raíces crecen en profundidad en forma de abanico y circularmente en plano, absorbiendo la humedad del suelo a distintas cuotas y áreas. Subsisten en los climas desérticos, pero sólo en las zonas donde hay agua en el subsuelo a la profundidad que las raíces puedan llegar (oasis). Alcanzan buen desarrollo y dan óptimos frutos, siempre y cuando tengan humedad por debajo y sol por arriba.
-         El palmeral de Elche está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, por lo que no se permite encapuchar sus palmeras para obtener palma blanca, ni arrancarlas.
-         Los palmerales más importantes del sureste español son: El de Elche, el de Orihuela, el de Abanilla y el de Crevillente.
-         En las palmeras de Abanilla, sobre todo las del cauce del río Chícamo, el Salado y el Zurca, se dan variedades que se pueden considerar autóctonas, que están siendo estudiadas por los expertos.
-         Las palmeras en otros tiempos fueron una fuente de alimento, aprovechable tanto para el consumo humano como para los animales. Actualmente son un bien paisajístico de incalculable valor, pues el paisaje de los pueblos antes mencionados, perdería su identidad si dejaran de existir sus palmeras. Esto nos obliga comunalmente a mantener nuestro paisaje con sus palmeras.
-         La obtención de la palma blanca hay que hacerlo de una forma racional, con métodos que no afecten a la supervivencia del ejemplar, dejándole suficientes palmas en el cogollo para que no peligre su crecimiento.


RESUMIDO POR EUGENIO MARCO  A VUELA PLUMA DE LAS CHARLAS CELEBRADAS LOS DÍAS 7 Y 8 DE JULIO DE 2010, CON MOTIVO DEL XVIII FESTIVAL NACIONAL DE FOLCLORE DE LA COMARCA DE CARTAGENA, EN LA ESTACIÓN EXPERIMENTAL AGROALIMENTARIA DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE CARTAGENA, SITO EN EL PALMERAL DE LAS CASAS GRANDES, DE LA PALMA.          
 

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